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Mostrando entradas de octubre, 2013

Adivina adivinador

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En donde mucha gente pierde con los acertijos es que olvidan que se tratan de juegos armados con mucha lógica, y a la lógica, contrario a las matemáticas, no hay que calcularla hay que observarla e interpretarla apoyada en el razonamiento. Tampoco es exacta. Siempre hay que pensar en las variantes que son condicionadas y que no necesariamente dependen de la veracidad y/o falsedad de la otras, es por eso que no siempre “q implica a p”. Frente a los acertijos no hay que estar nervioso ni temeroso, la respuesta casi siempre está en su estructura gramatical, solo hay que enfocarse, prestar mucha atención y apelar a comparar con circunstancias cotidianas pues en ellos están basados la mayoría, de manera implícita. Está demostrado, y hay numerosos libros que lo apoyan, que esa cadena de “trampas” con las que se tiene que lidiar para descubrir la respuesta son un ejercicio magnífico para el cerebro, que despierta los sentidos y ayuda a estar más alerta para resolver próximos inconvenientes,

Esto era obsesión

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La búsqueda de la perfección tiene un precio. La naranja mecánica de Stanley Kubrick, adaptación de la novela de igual nombre del británico Anthony Burgess, tuvo varios. Gracias a la famosa condición de quisquilloso de su director, la cinta tiene una serie de post-historias para contar. Toda una montañita de datos que le valieron a Kubrick para afianzar su ya conocido historial. Empezando por su exigencia. Trabajar bajo su dirección era, como dicen hoy, un deporte extremo, había que estar preparado para interminables horas extras de rodaje, incluso para rayarse una cornea y quedar ciego momentáneamente, terminar con varias costillas rotas, o casi ahogarse, como le pasó a Malcolm McDowell, actor principal de la cinta.  Una escena filmada una y otra vez también tiene este resultado: que te abandone el reparto, como la actriz que tuvo que ser remplazada porque la escena de la violación, además de violenta, parecía no quedar bien nunca. Con razón, a McDowell se le atribuye la siguie