Jorge Drexler: "Bailar es la única posibilidad que tiene el músico de hacer deporte"


Drexler se cansó de ser espectador; ya no solo quiere ‘verte bailar' sino que decidió unirse a la fiesta y, bien o mal, tirar algunos pasos. Por eso, Bailar en la cueva, su nuevo disco y con el que se presentó por primera vez en el país, es una especie de honor a la música en todos los sentidos. 


"Todos mis discos anteriores los había hecho desde la mente y el corazón, a este lo quise hacer desde los pies", me explica.

Y sigue: "el común denominador de este disco es que trata de llevar mi música más hacia el cuerpo. Estaba muy acostumbrado a hacer mis discos desde los sentimientos y las ideas, y este es uno que si no generaba un movimiento en los pies, entonces buscábamos otro".

¿A qué se debió este cambio? 

A la intención personal de ir buscando nuevos desafíos y nuevos horizontes. Aunque quizás sea difícil de creerlo, el baile para mí es algo que se me ha dado tarde en la vida. Vengo de un país en el que mi familia no bailaba y además me crié en dictadura y en esa época tampoco se bailaba mucho. Aprendí a bailar más tarde y me di cuenta de lo que me había perdido; el disco es un intento de recuperar ese tiempo perdido.

Entonces, era verdad lo que decías en una canción: ‘los músicos no bailamos'. ¿Aprendiste a bailar para el álbum?

No, este es el reflejo de un concepto que venía dándose hace tiempo, de las ganas personales de ir a bailar después de los conciertos. Íbamos con la banda y nos dábamos cuenta que nos gustaba mucho. Además, es la única posibilidad que tiene un músico de hacer deporte [risas], es lo más parecido al deporte de alguna manera, de moverse... Estamos todo el día viajando, sentados... pero además me encanta, bailar es una de las actividades, desde el punto de vista neurológico, más completas que hay. Es una de las actividades que involucra más áreas del cerebro y que produce más salud.

¿Y en qué ritmo te has dado bueno?

¡He bailado de todo! Samba, cueca, cumbia, vallenato... y ahora voy a RD a bailar merengue y bachata, que ya lo sé bailar, bueno; probablemente mal [risas] pero soy un eterno aprendiz.

"Es una canción que me produce mucha alegría tocarla en vivo y me gusta porque combina la idea de la física, de la existencia de dos mundos paralelos con la idea de Borges de los senderos que se bifurcan..." 


A propósito de la canción ‘Plegaria del paparazzo' ¿te persiguen a ti los fotógrafos?

No, ahora no [risas]. Hubo una época en mi vida que creo que se confundieron y pensaron que tenía una vida interesante. ¿Sabes qué pasa? Es que Uruguay es un país muy chico y estamos tan mal de jet set que me confundieron a mí. Aparte de los futbolistas no tenemos casi jet set .

Hay en el disco un tema para Bolivia como homenaje a un acto de solidaridad ante tu familia. ¿Cómo ves Latinoamérica en los últimos años? 

Es un continente absolutamente maravilloso, con una perspectiva de futuro increíble y un potencial humano y de recursos naturales maravillosos. Sobre todo por el potencial humano y el resultado de la interacción entre el mundo indígena, el ibérico y el africano. Lo que pasa es que todavía hay zonas de mucha dificultad, de desigualdad, de corrupción e inseguridad, de diferencias de ingresos.

En los tiempos de tu abuelo la mano nazi era el horror, ¿cuál piensas que es el horror de estos tiempos?

Creo que la humanidad ha avanzado muchísimo en el último siglo, el ser humano ha aumentado su perspectiva de vida y poco a poco se han ido difundiendo los conceptos de libertad y de democracia. Entonces, si tendría que resumirte de alguna manera las cosas que me preocupan del mundo te diría que serían los muchos lugares en los que todavía se desprecia el valor de la vida humana. Eso es lo que me atemoriza de varios conflictos diferentes desde medio Oriente hasta México. 

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Eres médico de profesión, ¿no te hace falta ejercer la medicina?

No la echo en falta para mí, pero sí que he aprendido una enormidad de cosas que incluso se pueden oír en las canciones. 

Sí, de hecho iba a preguntarte si usabas ese conocimiento sobre la anatomía humana para componer...

Si buscas las canciones enseguida vas a notar que hay una idea acerca de la vida, del universo, del ser humano. Son más familiares de las disciplinas científicas que de las ideológicas y las humanísticas. Yo no tengo una formación literaria sistemática ni filosófica sistemática; soy un autodidacta pero sí que tengo una formación extraordinaria en biología y entonces veo al ser humano como un ser vivo. También tengo una visión poética de la biología y eso me ayuda a entender el mundo.

Entonces se entiende por qué en tu discografía el mar y el espacio tienen una presencia importante...

Esos elementos son muy importantes para mí por muchas causas, sobre todo el mar. Si te fijas, en los primeros discos fue definitivo, y el universo... te digo, me gusta la visión del humano dentro del microcosmos, en su mundo molecular y en su macrocosmos como parte de un planeta, de un sistema solar, una galaxia y del universo: me gusta ir del telescopio al microscopio. 

De tus cinco nominaciones para el Grammy Latino dos son para la canción ‘Universos paralelos'. ¿Cómo fue que escogiste este tema para primer sencillo? 

Esta canción la escribí de un tirón en una tarde, ¡en una hora! La escribí muy rápido y salió toda entera y me parece que las canciones que salen así de esa manera traen algo predeterminado. Es una canción que me produce mucha alegría tocarla en vivo y me gusta porque combina la idea de la física de la existencia de dos mundos paralelos, con la idea de Borges de los senderos que se bifurcan, y combina con el mundo interior de una persona; con el conflicto entre lo que uno quiere con la razón y lo que uno quiere con su anhelo, con la parte inconsciente.
Drexler se presentó en el Teatro Nacional junto a Alex Ferreira.
Noviembre, 2014. 


Fotos por Ricardo Hernández, @otrojo 
Publicado antes en la revista Estilos y diariolibre.com 

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