Eduardo Punset: “Debemos tener una predisposición al cambio”

Foto por Karla Khouri
El reconocido abogado, escritor y divulgador científico enfatiza en que hay dos pilares o cimientos importantes en la inteligencia emocional: la prevención y la corrección. 

La educación juega el papel más importante para el cambio que nos espera, pero antes debe cambiar el sistema en el que prime el trabajo en equipo y la conciencia de que ahondar en una sola materia conduce a la nada; saber algo de todo es lo que se persigue.






Se percibe como que esta es la era de los coach ¿estamos más carentes que nunca?
Creo que nunca hemos estado tan bien.

¿Ah, sí?
Cuando miras el pasado y en cómo era la educación te horrorizas, ya no hablo de cómo trataban a las mujeres sino a los propios niños. Lo que sí es cierto es que ha habido esta separación tremenda y dañina entre ciencia y razón. Realmente lo que no ha habido es ningún intento de aunar las dos cosas y lo que hemos vivido es el inicio paulatino de la unión de la ciencia con la divulgación científica que es lo que no había existido nunca. Es más, los científicos tenían a bien en que no les entendiera nadie y los jóvenes se dedicaban a otras cosas cuando querían comunicar o expresar sus emociones.

Le pregunto porque es como si hubiéramos perdido la capacidad de tomar decisiones, de reconocer lo que nos pasa...
Creo que es exactamente lo que no ocurre; por primera vez en la historia la gente sabe lo que pasa y sabe que esta separación entre el conocimiento y las emociones no tiene sentido. Es la primera vez que realmente no se entiende nada si no es profundizando en el conocimiento, en las emociones y en la intuición.

Apela bastante a la intuición ante la razón. ¿Qué actitudes innatas considera que estamos perdiendo o, más bien, ¿qué estamos bloqueando con la razón?
Creo que lo que estábamos vaciando con la razón eran las posibilidades de intuir lo que estaba ocurriendo y ésta es la principal fuente del conocimiento hoy día. Los especialistas en formación profesional hablan de tres grandes retos o conquistas: primero, la intuición de que ésta es tan válida como la razón; segundo, la multidisciplinaridad: saber algo de todo es lo que se persigue; y el tercer cimiento tiene que ver con la búsqueda de lo que no funciona. Ahora estamos descubriendo que hay una edad ideal para corregir estos errores adquiridos en el pasado y es entre los 5 y 12 años. Lo que no corrijas en ese período, olvídalo.

¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional para el desarrollo del ser humano y cómo puede el Estado y las familias contribuir a fomentarla?
Básicamente lo que sugiere la inteligencia emocional es empezar a hacer lo que no se ha hecho hasta ahora. ¿Y qué es? Prever todas las cosas que al no cuidarse encarecen enormemente y hacen muy difícil la absorción de la educación emocional. Me refiero a que hay dos grandes pilares de actuación en materia emocional; primero, anticipar lo que se viene encima para evitar costes, y la segunda es corregir las faltas, lo que no funciona, la discapacidad mental y de todo tipo. Saber anticipar lo que viene.

Si la razón va perdiendo terreno, entonces hay más espacio para la duda y ya sabemos lo que emana de ella...
Lo que no sabemos es dudar, y esto se lo cuento a mis nietas. Creemos que el cambio es una amenaza cuando es lo que viene. Siempre me acuerdo de un alumno llamado Frank que era el primero de la clase y cuando le preguntabas qué era lo que más le aterraba te decía ‘cambiar de opinión’, cuando las cosas no iban a repetirse tal y como eran. Esa es otra de las operativas que tiene que cambiar radicalmente. Tenemos que tener una predisposición al cambio que viene del desconocimiento. 
Decía Ken Nealson, científico americano de la NASA, que la vida es una equivocación, o sea, lo que tenemos es una concepción de que hay mucho menos escrito de lo que había y de que hay mucho menos conocimiento eterno.


Este es un estracto, la entrevista completa fue publicada ya en Diariolibre.com y la revista Estilos.



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