Emilio Sánchez Vicario

Foto/Ricardo Hernández.

“Al estandarizarse mucho el tipo de tenis que se hace en todos los terrenos, pues se ha vuelto muy predecible”.

De izquierda a derecha, y viceversa. Es el movimiento que describían sus ojos mientras me contestaba. En ese momento reparé en que acordar una entrevista a la vera de una cancha mientras se desarrolla una práctica es demasiado tentador para quien fue un jugador profesional  de tenis.
“Cometí un error. Se me distrae”, pensé. Sin embargo, fue capaz de contestarme coherentemente a pesar de que su corazón de deportista, ahora entrenador, se mostraba atento al juego. Supongo que era inevitable. Emilio Sánchez Vicario, ganador de 15 títulos y reconocido por ser campeón de dobles, estuvo en el país para impartir unas clínicas. Ahora que la audiencia se ha ampliado, aprovechamos para hablar de tenis y de las nuevas figuras del deporte que se juega todo el año.

¿Cuáles considera que han sido sus mejores logros? Pues si tengo que elegir algo, diría que en todos los partidos que jugaba siempre trataba de dar el máximo y traté de hacer lo mejor que podía. Pero hay mucha gente que no hace eso o que regala partidos, pero en cuanto a mí, siempre estuve tratar de poner el cien por ciento estuviese bien o mal. Y es algo que me ha servido luego para el resto de mis cosas, trato de hacerlas con la máxima pasión y ganas.

Recientemente pasó algo parecido en un juego entre Federer y Djokovic, parecía que éste último tiraba la toalla. ¿Qué piensa de eso? Hay que ver porqué se llega a eso. Si estaba mal o si lo hace porque el otro estaba jugando muy bien... Yo me quedo con los jugadores  que aunque estén perdiendo intentan siempre volver, los aguerridos, que lo dan todo. Si es porque está mal lo puedes llegar a entender, cuando es lo contrario creo que no es bueno para el público ni el deporte, lo bueno es que haya batalla hasta el final.

¿Qué diferencias encuentra entre el juego de antes y el de ahora? El de ahora ha evolucionado mucho en velocidad, en fuerza, en explosión. En nuestra época siempre caminábamos hacia la pelota, iba a la red porque la pelota no avanzaba, hoy en día la pelota bota tan rápido que casi siempre estás quitándote de ella. La velocidad ha aumentado tanto que es difícil tener la visión para ir a bolear.


  • "Antes había especialistas en cada uno de los terrenos, ahora no. Ya no hay sorpresa porque todos juegan muy bien. Ahora hay menos espacio para el talento porque necesitas que todo sea perfecto". 


¿Es más exigente, entonces? Pues sí, con el tiempo esto es más exigente (risas). Pero creo que los campeones no ganan  porque sean más exigentes, ganan porque tienen algo diferente que los demás no tienen, y el campeón se adapta  a las circunstancias. Si hoy viene Boro o Nadal hubiese jugado hace 20 años también hubieran sido buenos porque lo que hace la diferencia es el alma del jugador; es lo que marca la diferencia para los grandes campeonatos.

Si se ha perdido algo ¿qué tiene de malo el tenis de hoy? Malo no, lo que sí es que al estandarizarse mucho el tipo de tenis que se hace en rápida, en tierra  o hierba, pues se ha vuelto muy predecible. En todas las superficies se juega el mismo tenis. Antes había especialistas en cada uno de esos terrenos, ahora no. Ya no hay sorpresa porque todos juegan muy bien. Ahora hay menos espacio para el talento porque necesitas que todo sea perfecto: mucho físico, mucha cabeza, todos los saques perfectos, los golpes perfectos…no hay posibilidad de que salga un dotado.

Entonces es que no hay diferencias… Eso. Se han igualado mucho en el fondo. Pero esto es bueno porque se ha mejorado el nivel, pero por otro lado ha perdido emoción.
Por ejemplo, Dimitrov, que estuvo en nuestra academia, tiene ahora 23 años y todavía tiene que mejorar cosas para hacerle frente a Federer o a Nadal. Pero con su juego debería ya estar haciéndoles frente.

Uno de los reclamos de los jugadores actuales es lo extenso del calendario, ¿qué piensa al respecto? Que es un problema porque ellos reclaman que sean más cortos, pero resulta que los propios managers y compañías de eventos de la industria, en cuanto ponen más semanas se inventan nuevos eventos que harán que los cuatro mejores del mundo estén jugando. Por un lado quieren descansar, pero si estos eventos les dan millones de dólares pues no van a decirle que no al dinero. Es un pez que se muerde la cola.

¿Cómo vio el reclamo de las jugadoras con relación a la igualdad en los premios metálicos con relación a los hombres? Bueno, el tenis en eso es pionero, es el único deporte en la historia que ha aprobado que los premios sean iguales para hombres y mujeres. Y siempre ha sido el que más ha ido rompiendo las barreras para ellas. Donde tiene que mejorar no es tanto en los Gran Slam sino en los torneos intermedios, que hay menos en el circuito femenino.


Y hablando de igualdad, donde no ha habido una apertura es en que llegue a sectores de menor poder adquisitivo. Eso depende de los países. Hay muchos donde es fácil jugarlo porque hay muchas pistas públicas y privadas, y hay canchas de varios niveles. En algunos países, me imagino que aquí, hay muy pocas canchas, entonces los clubes cuestan dinero y es más difícil. Pero es una asignatura pendiente de Latinoamérica.  

Foto/Ricardo Hernández.
¿Nadal o Federer?  Para mí Nadal es el mejor deportista de la historia. Lo mejor que él tiene es que es un espejo para todo el mundo porque cuando está mal hace lo mejor que puede y es competitivo. Le gusta tanto lo que hace que siempre encuentra la manera de rendir al máximo. Pero además es humilde y los valores intrínsecos de su persona son muy de base y si a eso le sumas que es un ganador nato…

En cuanto a Federer, lo increíble de él y para resaltar, es que cuando llega Nadal y le empieza a sobrepasar pues yo pensé “Federer ya está”. Pero no, él fue capaz de volver a trabajar y cambiar su sistema para recuperarse. Lo que ha hecho es digno de admiración y lo uso mucho como ejemplo. Además estas batallas que ha tenido con Nadal son espectaculares para el deporte. Federer para mí es como el libro del tenis perfecto, para los entrenadores es perfecto para enseñar a jugar. 

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